miércoles, 20 de marzo de 2013

El Amor en los Tiempos del Colera

Una Historia de Amor Eterno entre Florentino Ariza y Fermina Daza.

 El amor en los tiempos del cólera es una novela del escritor colombiano Gabriel García Márquez, publicada en 1985. Narra la vida de tres personajes entre finales del siglo XIX y principios del siglo XX en la ciudad costera de Cartagena (Colombia) cerca de la comarca del Río Magdalena.



Dicho esto, si te interesa leer el libro o ver su versión cinéfila, te recomiendo no leer el argumento de esta historia, que pongo a continuación:

Al comienzo, Fermina y Juvenal aparecen como dos personas mayores, él casi de 80 años y ella de 71, ya casados. Hay un recuento de la vida del doctor Urbino, su conocimiento con Fermina, su matrimonio, y la muerte del amigo y compañero de Juvenal, el prófugo Jeremiah de Saint Amour. La muerte de Juvenal al caerse de una escalera, tratando de atrapar el loro que él había amaestrado, desencadena la declaratoria de amor eterno que Florentino le hace a Fermina Daza. En el libro no se sigue una secuencia de los acontecimientos, sino que se van narrando los hechos con referencias al pasado y de esa manera se aportan los datos y se descubren los personajes y las acciones, de manera que la narración salta de una época a otra.
Desde que la vio por primera vez cuando fue a su casa a llevarle un telegrama, Florentino Ariza se enamoró de Fermina Daza y comenzó a conquistarla con sus apasionadas cartas y a mirarla desde un banco del parque frente a su casa. Ella se negó por un tiempo a corresponderle, después sucumbiría a ese amor, y es cuando encuentra la oposición del padre, quien la envía lejos para que lo olvide. Después de un período, cuando ella regresa y ve a Florentino, se desilusiona de ese amor platónico y lo rechaza. Al poco tiempo conoce al doctor Juvenal Urbino, quien había llegado de París al finalizar sus estudios de medicina. Después de un noviazgo breve, animada por su padre y aunque no estaba enamorada de él, se casan. Se van dos años de viaje a Europa y regresa embarazada de su primer hijo, cambiada y como una feliz pareja que ha tenido tiempo de enamorarse. Durante este lapso Florentino ha pensado en ella todo el tiempo y, a pesar de que incumple su promesa de mantenerse virgen para ella, pues tiene cantidad de relaciones amorosas, sigue enamorado y decidido a que algún día ella será para él, es decir, cuando muera el esposo.
Al final del entierro del marido, se acerca pues a Fermina y le reitera su juramento de fidelidad y su amor de muchos años y se pone a su disposición. Ante esta inoportuna declaración, con el cadáver del marido acabado de enterrar, Fermina le pide a Florentino que se vaya y le manifiesta que no lo quiere ver nunca más. Florentino no se amilana y empieza a enviarle cartas: hasta un total de 131, con lo que vence la resistencia de Fermina, quien accede a verlo en su casa. Las visitas se hacen más frecuentes y así pasan los días, hasta que Fermina es convencida para hacer un viaje por el río Magdalena en uno de los barcos de la compañía naviera de Florentino, con el afán de que termine de reponerse del luto. Florentino la acompaña en ese viaje y es en ese barco, llamado la Nueva Fidelidad, en un camarote que Florentino siempre pensó sería para ellos dos, cuando al fin, después de 53 años, 7 meses y 11 días con sus noches de espera, se cumple el afán de Florentino, para seguir por tiempo indefinido en un ir y venir por el curso del río montados en el barco, y así demostrar que el amor persevera y que, más que la muerte, es la vida la que no tiene límites.




martes, 5 de marzo de 2013

"Toco tu boca"

"Toco tu boca". Descripción de un beso perfecto.

"Toco tu boca, con un dedo todo el borde de tu boca, voy dibujándola como si saliera de mi mano, como si por primera vez tu boca se entreabriera, y me basta cerrar los ojos para deshacerlo todo y recomenzar, hago nacer cada vez la boca que deseo, la boca que mi mano elige y te dibuja en la cara, una boca elegida entre todas, con soberana libertad elegida por mí para dibujarla con mi mano en tu cara, y que por un azar que no busco comprender coincide exactamente con tu boca que sonríe por debajo de la que mi mano te dibuja.

Me miras, de cerca me miras, cada vez más de cerca y entonces jugamos al cíclope, nos miramos cada vez más cerca y los ojos se agrandan, se acercan entre sí, se superponen y los cíclopes se miran, respirando confundidos, las bocas se encuentran y luchan tibiamente, mordiéndose con los labios, apoyando apenas la lengua en los dientes, jugando en sus recintos, donde un aire pesado va y viene con un perfume viejo y un silencio. Entonces mis manos buscan hundirse en tu pelo, acariciar lentamente la profundidad de tu pelo mientras nos besamos como si tuviéramos la boca llena de flores o de peces, de movimientos vivos, de fragancia oscura. Y si nos mordemos el dolor es dulce, y si nos ahogamos en un breve y terrible absorber simultáneo del aliento, esa instantánea muerte es bella. Y hay una sola saliva y un solo sabor a fruta madura, y yo te siento temblar contra mí como una luna en el agua"

Fragmento extraído del libro Rayuela de Julio Cortázar.